2010-02-24

"Un sendero de tranquilidad" por Anónimo/a


Un sendero de tranquilidad
            En la ciudad de Manhattan, donde hay mucho tráfico y muchas personas, hay un lugar que es conveniente para meditar y hacer ejercicio en el mismo momento. Este lugar es el sendero del Parque de Anneberg.  El camino tiene todos los aspectos relajantes de la naturaleza y por eso es un buen lugar para escapar del ajetreo y el bullicio de la vida y aliviar el estrés con ejercicio.  Los aspectos físicos del sendero cambian con las estaciones, pero es siempre un espacio muy agradable.
En la primavera y en el verano el sendero está lleno de vida. Se puede oír el canto alegre de las aves y el eco de las voces de las otras personas en el sendero y en el parque.  Los árboles que forran la senda de caliza picada están llenos con hojas verdes y de bajo de sus troncos fuertes y marrones la hierba es verde esmeralda. Encima de todos, el cielo está de un color azul magnífico. Al norte del parque los cerros con los pastos verdosos se asuman arriba de los árboles y vigilan a los individuos atléticos.  A veces los campos de fútbol y béisbol que el sendero cerca son ocupados con jugadores y espectadores y el parque no es muy pacífico. Por eso es una buena idea evitar el sendero durante ellos si se quiere tener quietud.  Los partidos no son un problema cuando las estaciones cambian y las temperaturas se bajan.
En el otoño las hojas se convierten en los colores brillantes de amarillo, naranja y rojo y llenan el sendero con esplendor.  Una ráfaga de viento frío hace susurrar las hojas y enfría el cuerpo como un anticipo de los fríos días del invierno. Durante este tiempo, muchas de las aves empiezan a salir para el sur pero no se añora sus sonidos por la llegada de los gansos y sus graznidos. Cuando más de las aves han desaparecido, la llegada del invierno trae un descenso de temperaturas y la pérdida de las hojas. A pesar de el frío, el invierno es el mejor tiempo para reflexionar mientras andar o correr. Hay silencio en el sendero menos el susurro de las ardillas rojas y gordas en los árboles y el canto de los aves fuertes. El parque está vacío con excepción de la naturaleza y el ambiente es perfecto para reflexionar.
El sendero del Parque de Anneberg es un lugar tranquilo y bello en todas las estaciones, pero es más sereno en el otoño y en el invierno cuando hay menos personas en el parque. Si no usted no permite que el frío le moleste, puede disfrutar de hacer ejercicio y meditar en un sitio sereno y hermoso.  El sendero es un sitio de tranquilidad en el centro del ajetreo y el bullicio de la ciudad de Manhattan. 

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